Renuncia voluntaria.


El día de hoy se termina mi incapacidad por maternidad en el trabajo, llego el día, y tras mucha incertidumbre de mi parte, he decidido renunciar al puesto para quedarme con mi pequeño.

En México se nos gratifica con la magnífica cantidad de 83 días NATURALES para el período gestacional y postparto que inician en la semana 34. ¿Pero que significa esto? Que si tu bebé nace normal a las 40 semanas, tienes que retomar el trabajo cuando tu bebé tiene apenas 6 semanas.

Y cuando tienes una cesárea, te parece que el tiempo es aún más corto, apenas estas saliendo de la cuarentena, empezando a sentirte más capaz de hacer tus funciones como madre, cuando el estado cuartea tus esfuerzos y te exige volver a tus responsabilidades para con tu empresa.

En mi opinión estas leyes están hechas pensando más en los intereses de los  empleadores, que en el bienestar de la mujer o incluso más que en el sano desarrollo de los pequeños, muchas lactancias se han visto interrumpidas a causa de la necesidad de llevar sustento a casa.  A causa de esto la pregunta obligada que le hacen a las trabajadoras embarazadas es: ¿seguirás trabajando cuando nazca? 4
Mi respuesta a la pregunta siempre fue "claro, si no con que le doy de comer a mi hijo". Que equivocada estaba. 

Al pasar los días con mi bebe prematuro, alimentandolo con pecho a demanda, nos apegamos tanto que me resulta inconcebible la idea de dejarlo a tan corta edad. Además, económicamente hablando el quedarme en casa nos implicaría menos gastos en fórmulas (lactancia exclusiva, baby), pañales (usaré de tela por que tendré tiempo de lavarlos!) cuidadora, gasolina y comidas. ¡Definitivamente los beneficios son más!

Estaba un tanto nerviosa al principio, me imagine me podrian algún tipo de condición al momento anunciar mi decisión, ya que cuando estaba embarazada, los de RRHH se enteraron de rebote que estaba considerando dejár el trabajo para reposar mi embarazo y me convencieron de quedarme, con una promesa de asenso y flexibilidad en los horarios. Sin embargo dicha propuesta se aplazó tanto que llegó el día de reanudar mi incapacidad, y seguía sin llevarse a cabo.

Para mi fortuna mi decisión fue aceptada y comprendida sin más explicaciones: mi bebe es prematuro y no puedo separarme de él. Mis jefes me agradecieron por el apoyo que brinde en mi estancia, y los compañeros quedamos de seguir en contacto. Y es así, tras algunas horas de papeleo, que oficialmente me dedico a una de las ocupaciones más bonitas lo y menos valoradas de todas:

La maternidad a tiempo completo.


Nota:

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