¡Mordidas!

Amiga: Quería preguntarte ¿Cómo le hiciste para seguir amamantando cuando a Luigui le salió su primer diente? Es que mi bebé va por su primer diente, y me lastima, entonces estoy toda temerosa y adolorida.  

Con este testimonio de mi amiga quiero empezar la siguiente de mis entradas al blog, aunque me siento dubitativa al escribir al respecto, ya que para mi aún es un tema agridulce.


Primero que nada la salida de los dientes es una felicidad enorme para toda la familia, ya que es uno de los primeros indicios de la transición de bebes a niños de nuestros pequeños. Y al mismo tiempo es una etapa de grandes cambios para el bebé, por lo que necesitan de nuestro apoyo incondicional para superar las incomodidades que acompañan a los dientitos.

Entre los síntomas que pueden llegar a tener son: irritabilidad, sensibilidad en la boca, falta de apetito, salíbar en exceso (lo cuál puede dificultar la respiración al dormir). Algunas abuelas mencionan que la diarrea es parte de los indicadores de que vienen los dientes, pero al haber causas graves por las que un niño puede tener diarrea, es mejor vigilar y tratar esto como una situación independiente de la salida de los dientes. En este sentido tus mejores aliados son: Tempra o la medicina que te recomiende tu pediatra para el dolor, en dosis adecuada a su peso; ungüento para las encías, objetos adecuados para que muerda y paciencia (mucha).



Los dientes tienen un tiempo y un orden de salir (aunque no siempre se cumple), empezando con los frontales inferiores, cuando a mi bebe le salieron su primeros dientitos la libramos bastante bien, estaba un poco irritable, pero aumentando los apapachos y un poco de tempra para dormir fue más que suficiente. El estaba fascinado por estrenar sus nuevas armas, por lo que mordía todo lo que podía (incluyendo sus deditos y su lengua, hasta que aprendió a no hacerlo). 

Yo por mi parte estaba asustada, más bien aterrada, por la lactancia después del diente debido quizá a que de niña escuche de mis tías una historia en la que a una muchacha le arrancaba su bebé un pedazo de pezón de un mordisco y el impacto se intensificó con los años, incluso pensé en dejar la lactancia. Sin embargo mi hijo tenía otros planes, y las nuevas sensaciones también lo agobiaban a él por lo que al final del día necesitaba lo reconfortante de mi (su) pecho para poder tranquilizarse y dormir. 

Así que continue aguantando la irritación que me generaban el amamantar, poniéndome pomada de lanolina y dejándolas al aire libre un rato después de que comía, y unos días después, me di cuenta que con la lenguita se cubría los dientitos cuando chupaba, resultó que la sensación de irritación solo era él aprendiendo a controlar sus nuevos poderes. 

Los siguientes dientes le pegaron más fuerte, lloraba mucho, no podía ni comer, tenía fiebre, estabamos abatidos. Así que reclutsmos a un nuevo aliado: la pomada de los dientes. Benzocaina o lidocaina en presentación tópica para infantes, la consigues en la farmacia, y se vuelve un excelente aliado. Yo batallaba para colocarla correctamente en la encía, ya que mi bebe se movía mucho o me la quitaba con la lengua, así que opte por colocarla en el pezon y dejarlo pegarse, funcionó bastante bien, aunque aveces se sentía traicionado al sentir el sabor extraño y tenía que cambiarlo de pecho. (punto extra: disminuía la sensación de irritación en el pezon ;) )
Con sus nuevos poderes descubiertos surgió un nuevo problema, LAS MORDIDAS. Según los expertos lo que se debede hacer en estos casos es con un tono firme y calmado decir "no muerdas" y separarlo del pezon sin alejarlo de tu pecho/brazos, y tratar de evitar reacciones sorpresivas como de risa o dolor ya que lo pueden espantar o peor, incentivarlas como diversión. Lo que yo hacía era regañarlo, decirle que me dolía, y cambiarlo de pezón, y así se fue acostumbrando a no morderme, aunque claro que un algunas ocasiones si llege a gritar del dolor, aveces es inevitable. 

También hay que evitar situaciones en las que nos pueden morder, un ejemplo es solo ofrecerle el pecho cuando el (ella) de verdad quiere, ya que si lo pegas cuando esta entretenido o jugando la mordida puede volverse un juego más. No obstante no hay que dárselo tampoco cuando está muy ansioso, llorando o molesto hay que tratar de calmarlo o distraerlo primero, y ya después le ofreces el pecho (eso lo aprendí a las malas)

Otra mala idea es agarrarlo desesperado de hambre ya que por su ansia de comer pueden lastimar mucho, aunque está situación se resolverá mejor cuando tu bebé empieze a comer  más sólidos. Hablando de comida, las papillas frías son un buen aliado cuando se rehúsan a comer sólidos por la irritación. 

La situación más difícil para mí ha sido (y aún es) la hora de dormir (incluso siestas), todo empieza bien, pero ya que se está durmiendo siento que me empieza a irritar por sus dientes, al parecer el agarre ya no es el mismo cuando pasa a su etapa de sueño profundo, así debo quitarlo del pecho, sin embargo aún me es difícil atinar el momento adecuado para soltarse ya que aveces aun no esta dormido y se suelta a llorar, en el mejor de los casos el se suelta por si mismo si tengo paciencia tras unos minutos, la mayoría de las veces  intervengo apretando el pecho o interrumpiendo el agarre con mi dedo y el tras moverse un poco continúa durmiendo, pero en el peor de los casos solo duerme si esta pegado al pecho, si se suelta, llora por que se soltó, se vuelve a pegar y no descansa nadie.



Yo me alegro de que no me rendí y seguí aguantando y disfrutando la lactancia ya que justo cuando le salieron los segundos dientes comenzó la pandemia de Covid-19 y el poder amamantar durante la cuarentena me hace sentir más segura respecto a la salud de mi bebé.

Recuerda que en la lactancia cada situación es distinta y siempre es decisión tuya y de tu bebé, no debes hacer caso de la presión de los demás con comentarios como "se ve que quiere pecho, ¿por qué no le das?" o "esta llorando, dale pecho". Al final es tu cuerpo, y es tu alma la que sientes que se te sale cuando te dé dan una de esas ¡MORDIDAS!

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